El Templo de Debod

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Más de 2200 años después de su construcción, más de 40 desde su traslado desde Egipto hasta la capital de España, para salvarse de las aguas de la presa de Asuán, después de todo este tiempo conocemos muchos datos del templo de debod, pero otros siguen siendo un misterio alimentando la leyenda de conocer unos y otros.

Historia

 

Del templo conocemos por ejemplo que llegó a Madrid de 70 tras un acuerdo con el gobierno egipcio dentro del llamamiento lanzado por la ONU para que los países salvaran los monumentos de Nubia que de otra manera quedarían sumergidos bajo la presa de Asuán, inaugurado por Ariel navarro tras años de restauración cuenta con unos 1300 sillares viajeros que tuvieron que recorrer 4000 kilómetros y desde ese momento se convertía en el edificio de Madrid más antiguo unos 2200 años de historia lo contemplan aunque ha cambiado bastante desde lo que fue su primer momento.

Origén

 

El origen de este templo se remota a muchos años atrás. En el Reino Nuevo existió allí un pequeño santuario ofrecido a Amón. Tal vez a este monumento, del que sólo conocemos dos pedazos con el nombre del faraón Seti II, se corresponda el nombre de la villa: Ta Hut, la ciudad del templo, del que procede el nombre actual de Debod.

Encima de los restos de ese antiguo santuario, el rey Adijalamani de Meroe edificó, a principios del siglo II antes de Cristo, una pequeña capilla dedicada a los dioses Amón de Debod e Isis de Filé. Adijalamani, como años antes había hecho su predecesor Arqamani, se aprovechó de la rebelión del sur de Egipto contra Ptolomeo IV, para desarrollar su control político hasta la Primera Catarata. Adijalamani y Arqamani construyeron distintos templos en localidades de la Baja Nubia, entre ellas en la isla de Filé.

La capilla edificada por Adijalamani forma el núcleo original del templo de Debod. En sus paredes, decoradas con escenas, se nos muestra a este rey meroita efectuando ofrendas a los dioses egipcios.

Remotamente la capilla mostraba un aspecto muy diferente al actual, debido a que su techo y paredes estaban pintados. Los restos de color se perdieron definitivamente en el siglo XX tras su larga inmersión bajo las aguas del lago de Asuán.

Conservación

 

Desde que el templo llegó, los problemas de conservación han sido una constante. Las piedra originales que conforman el templo de Debod son de arenisca, materia porosa y bastante permeable. Este aspecto no pasaría de ser una anécdota si el templo se encontrara en su ubicación original, cerca de la frontera con sudan, rodeado de desierto, en una zona en la que pasan años sin llover. Pero el clima de Madrid amenaza su supervivencia. Al estar al aire libre, la lluvia, la nieve, el hielo, la contaminación, el vandalismo o la ingenia acción de las aves, que anidan entre las piedras o llenan de excremento sus paredes, dañan las piedras que conforman el templo.

Las propuestas para promover la conservación del edificio han sido numerosas en la teoría, las acciones puestas en práctica muy escasas, más allá de la restauración que llevan a cabo los responsables del templo. Desde hace mucho tiempo se lleva solicitando, especialmente en los foros de egiptología como los congresos ibéricos que se realizan desde el año 99, menciones para que de alguna forma, se llegue a cubrir.

 

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